Seguidores

Nohemi Scherrer Ruvalcaba. Con la tecnología de Blogger.
RSS

SEDUCCIÓN: UNA FORMA DE COMUNICACIÓN POCO ESTUDIADA


POR: L.C. Y T.C. ARTURO HASSAM NÚÑEZ SAUCEDO

¿Qué es la seducción?
La seducción es una palabra y actividad difícil de definir, dado que algunos le llaman de distintas formas: seducción, cortejo, flirteo, coqueteo, enamoramiento,  galanteo, conquista, ligue, pero lo importante es que todas significan casi lo mismo. “Seducir viene de <seducere>, llevar aparte, desviar de su vía.”[1] Con esta definición se puede inferir que la seducción es un  proceso en el cual se tiene que separar a alguien de su medio o de su entorno mediante el uso de diversos elementos, tácticas, técnicas, que favorecen el acercamiento entre dos personas.
“La seducción suma la dialéctica de la vida, exige  paciencia e impulso, planeación y espontaneidad, pecado y virtud, egoísmo y caridad, espíritu y […] condición física.”[2] Estos elementos  que exige la seducción son confusos y a la vez contradictorios, dado que no se tiene y no existe  un plan exacto  para crear la seducción perfecta, ya que es un proceso cambiante y voluble, por  lo que el seductor tiene que estar preparado para cualquier eventualidad.

En la seducción  nada es frontal, nunca se miente ni se esconde nada. Todo es contradictorio,  matizado, oscilante; no hay oscuridad ni luz. El discurso es ambivalente y malicioso, por eso la seducción es la cumbre de la montaña de la imaginación y el ingenio.[3]

Aquí es donde entran un par de aspectos preponderantes en la seducción: la imaginación y el ingenio, además de la inteligencia, ya que nada es claro, lo que significa una cosa puede tener otro significado, más no es como la mentira, sino que es un proceso abierto a las interpretaciones y a las intenciones, dentro del cual entran también elementos como la picardía, el desenfado, la libertad y hasta el descaro. Se puede definir a la seducción “como una determinada manera de establecer contacto  con otra gente; una manera liviana, juguetona, creativa. Un flirt se da, no puede planearse. Se produce, simplemente, cuando las condiciones son favorables.”[4]  Es ahí donde radica su complicidad, es por esto que la seducción es llamada un arte.

La seducción se parece mucho al arte de filosofar, que se basa en el asombro del alma. El seductor debe atrapar la curiosidad de la seducida, envolverla en nuevos  estímulos para llevarla a lo desconocido. Es todo un proceso de comunicación.[5]
 
Así pues, la seducción es un proceso placentero de comunicación para aproximarse a alguien  en el cual se lleva a cabo el uso de la palabra para crear una reacción en la otra persona, además de ser  también una forma  de conectar y saber si dos personas comparten las mismas formas de pensar, o si se encuentran en la misma frecuencia y rumbo.[6]
La seducción es poder encantar a una mujer (la mayor parte del tiempo sucede así, ya que es más común que el hombre seduzca a la mujer)  mediante el uso de la palabra y otros elementos hasta llevarla al punto de que salga de su capullo o de su lugar de seguridad  y transportarla a un sitio diferente, desconocido para ella, en el que esté totalmente dispuesta a cualquier tipo de sacrificio sin ningún tipo de  presión o mandato externo, sino por propia voluntad.[7]
 El galanteo es un placer exclusivo de la edad adulta, ya que se necesita tener la combinación de intelecto y experiencia para asegurar el éxito o el fracaso del encuentro y del proceso, es por esto, que es un esfuerzo cien por ciento neuronal, que pide a su vez un esfuerzo físico y atlético siendo así la seducción el más alto e intenso goce que un hombre pueda sentir, ya que no hay cumbre o cimas más maravillosa y completa que la felicidad de seducir y tener éxito en esa  empresa. [8]
Siendo  el cortejo la más compleja de las actividades del ser humano, dado que requiere de todas las posibilidades físicas y anímicas, ya que se enfrentan diversas complicaciones, con la seducida, con los competidores, con la circunstancia, con el entorno, y hasta con nosotros mismos, en especial con la capacidad de paciencia.
En estos tiempos, lo que menos se tiene es tiempo,  gracias  a que todos corren y se apresuran en todas sus actividades, se ha perdido la calma y la desesperación reina en todo. Se prefiere hacer cantidad y no calidad, ya que se ha vuelto muy popular el dicho de  que “el tiempo es dinero”, y así se han ido acabando las cosas, y en especial, las relaciones entre las personas, por que no se pone la atención necesaria, parece ser que los seres humanos se han vuelto robots autómatas, a los cuales no les interesa la interacción con las demás personas.
Es por eso, que en “esta época […] anti- erótica y anti – seductora”[9] se ha vuelto tan complicada la seducción, ya que para la práctica de este arte “se necesita tiempo, mucho tiempo”[10]y por lo tanto, como todo ritual, está divorciado del apresuramiento. “La seducción es para paladares que no gustan de atragantarse ni tomar las cosas de un sorbo”[11], por lo que la paciencia es un elemento esencial y vital en la vida de todo seductor.
Así como la seducción es tan complicada, además de ser un camino sinuoso y lleno de trampas, también tiene sus ventajas y alicientes, como la provocación de grandes satisfacciones físicas, pero sobre todo un profundo orgullo, además de el placer de sentir la entrega de la seducida en medio de las múltiples adversidades y la victoria sobre todos los obstáculos: la felicidad de ver vencidas  una soberbia y una virtud.
Aquí es cuando  se llega al fondo de toda seducción, cuando se interpone el placer de someter sobre el de gozar. Así pues, es como la seducción se asemeja al cielo, el cual no es un lugar específico ni establecido sino un estado del alma en la que se pone en armonía la voluntad de la seducida con la del seductor.[12]
 También es por esto que la seducción es una forma de poder, ya que se entra en un desgarramiento en el cual el seductor trata de convencer a la seducida  de hacerle caso para ser llevada a donde él quiera, sin embargo, ella tiene la posibilidad de negarse, es ahí donde entra la decisión  y la habilidad del seductor para hacerla aceptar y de alguna manera someterla a según su convicción.
En la seducción se asemeja mucho  al  mundo animal en cuanto a  la cacería, dado que el camino de la presa nunca es rectilíneo, si fuera de tal forma tan sólo sería un alcance, entonces el escape de la presa es siempre difícil, complicado y, hasta algún punto, confuso, ya que  lo que intenta es tan sólo sobrevivir al ataque del cazador. Aunado a esto,  la  actividad de cazar no sólo es perseguir a un  enemigo, sino por el contrario, a alguien que admiramos.[13]

Elegir a la seducida, el más grande de los problemas, pues curiosamente no son las características físicas lo más importante, basta con que nos guste y la atracción sea pretexto para vencer un buen número de obstáculos. La seducción sólo puede practicarse con mujeres inocentes e inteligentes, y es que la seducción es un juego de matices y de cautela.[14]

Es aquí donde entra el arte de la seducción en su papel animal, este arte se convierte prácticamente en una cacería que arrastra todos los sentidos y “no reside  el arte en seducir a una muchacha, sino en encontrar una digna de ser seducida”[15], por lo que en muchas personas se vuelve una obsesión, ya que es tanto el gozo que causa, que ya no se puede dejar escapar. “En todo gozo es condición indispensable saberse dominar”.[16] Pero no es sólo una obsesión tonta, inútil  e improvisada, es cierto que la improvisación juega un papel preponderante, sin embargo, el control de dicha obsesión es la diferencia entre los expertos en seducción y los aprendices, por que este juego se debe jugar en frío, sin  estar contagiado por  sensaciones de afecto, amor, odio u algún otro sentimiento, que puede nublar la visión y, a su vez, caer en una derrota inminente ante la seducida. Con esto se infiere que se debe de estar sereno y consciente pero sobre todo tener disposición.

El peligro físico real que entraña el galanteo: el macho se arriesga  a un ataque furioso si la hembra  no está en ánimo de recibirlo; cuando la hembra inicia el galanteo, algunas veces recibe  un castigo antes de que el macho se sienta seguro  y tenga la certeza de que ella no constituirá una amenaza.[17]

Si no se tiene disposición por ambas partes, como en el mundo animal, se corre el riego de salir herido y  recibir un gran ataque que deje huellas, y así el cazador se convertirá en víctima, por lo que ánimo es vital en este arte. Por eso mismo también es importante conocer, reconocer y estar atento a  las claves, señales corporales y no verbales  que se emiten en todo momento, para así encontrarse seguro del ánimo y disposición de la seducida.
El flirteo o seducción surge  espontáneamente entre dos personas cuando éstas se encuentran dispuestas y receptivas a ello, en un estado interior de  despreocupación, ya que no se puede ser espontáneo cuando se está enfrascado  en  un problema  difícil  o una tarea compleja.  “El ánimo propicio el flirteo se asemeja […] al de un niño que anda dando vueltas por ahí  con los ojos bien abiertos  e interesado  por lo que  ocurre en el mundo que lo rodea.”[18] 
Pasa esto debido a que el cortejo es algo grato y agradable y nos podemos acercar al otro a través del aspecto infantil de nuestra personalidad, dado que los niños son  despreocupados, no tienen malicia alguna y sienten curiosidad por todos y por todo, además de que viven el instante, no piensan en el futuro ni en el pasado, y sobre todo, están abiertos a nuevas experiencias, ya que no tienen prejuicios ni miedo alguno, además de no estar predispuestos a nada. Es por esto que un seductor  debe ser como un niño: explorador, sin miedos, abierto a posibilidades, pícaro, despreocupado y desinteresado, ya que no se debe de esperar mucho en flirteo espontáneos, ni tener intenciones fuera de lo normal.
Es también por esto que la seducción es llamada a ser un juego, ya que divierte y para ser un maestro en este arte se deben tener cualidades infantiles.

En el flirteo se basta a sí mismo. Es un juego del momento, un minidrama de la vida diaria que nos divierte. Uno le arroja al otro  una pequeña porción de caricia al transmitirle  la señal:’Te veo y te encuentro  simpático’. Si el interlocutor entra en el juego, devolverá la pelota y se establece una especie de partido de ping-pong. Los contrincantes se estimulan  mutuamente a aflojar un poco las riendas, por un momento, y a entregarse a sus ocurrencias.[19]

Aquí es donde el ánimo y disposición para el flirteo hacen su aparición, ya se entra en un tipo de disputa en la cual se intercambian  ingeniosas frases para asombrar al otro y así llamarle la atención, mostrar su valor y habilidades en el conocimiento de este arte, para así poseerla y llevarla a un terreno  para conocerla y así utilizar la técnica que mejor se acople a las situaciones. “Pruébalo  y observa  los puntos en  los que es fuerte y en los que es débil”.[20]
 Aunque no existen reglas  fijas ni específicas para el flirteo sin embargo se necesitan algunos otros requisitos que facilitarán este arte, aparte de los aspectos ya mencionados anteriormente:

Los requisitos del flirteo son:
-       Una autoestima sólida, es decir, estar de acuerdo consigo mismo, apreciar las propias fuerzas  y reconocer las debilidades e imperfecciones.
-       Saberse respetar, es decir,  tener la certeza de ser una persona interesante, que tiene algo para ofrecer a los demás.
-       Saber que uno dispone de ese potencial desaprovechado.
-       Un poco de disposición al riesgo, para experimentar nuevas formas de conducta.
-       Tener el coraje suficiente para vencer los propios miedos, por ejemplo, el miedo a quedar en ridículo o a ser rechazado, y arriesgar una mirada o una palabra  a un desconocido.[21]

Entonces la autoestima, el auto-respeto, la disposición y el coraje son elementos que tienen influencia en el proceso de seducción, y como se puede notar no dependen de las demás personas, ni del entorno, ni de factores externos, sino de uno mismo, ya que si se quiere conocer otras personas, primero se debe conocerse a uno mismo. “’Conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo y tu victoria nunca se verá amenazada. Conoce el terreno, conoce las condiciones meteorológicas y tu victoria será total”.[22] Y como aquí nos menciona Sun Tzu,  lo primero que se debe hacer es conocerse desde las fortalezas hasta las debilidades, ya que si se desconocen estos aspectos, lo más seguro que  sean  zonas de vulnerabilidad, lo que el enemigo (seducida) aprovechará para destrozar y salirse del juego.
En la seducción como en la guerra “lo más difícil del arte […] es la maniobra. Su dificultad consiste en convertir  una vía tortuosa en la más directa  y en cambiar  los problemas en ventajas”.[23]  ¿Y cómo se logra cambiar los problemas en ventajas? Pues con el conocimiento total del propio ser, de la seducida, de la técnica, además de conocer las propias limitantes para  convertirlas en  aspectos favorables y que a su vez fortalezcan el juego y realicen una relación de mayor  confianza y seguridad.
Ahora pues, se han visto varios aspectos de gran importancia en la seducción, sin embargo no son todos, existen muchos más los cuales se estudiarán más adelante, cabe mencionar que el estudio de este arte es algo  que debe ser muy profundo y a conciencia, además de que no sólo se debe aprender la teoría, sino que la práctica es de vital importancia, dado que el seductor se encuentra inmerso en un área desconocida para los hombres, así que son como arenas movedizas, controladas en su mayoría por las mujeres, las cuales son las dueñas  y maestras en estas prácticas, es aquí donde la dificultad, de nueva cuenta,  hace su aparición, ya que el seductor debe ser más astuto e inteligente que la mujer al jugarle en su propio campo.

En la seducción es necesario conocer el arte del péndulo, del oscilar de un lado a otro de los extremos sin vacilación y angustia; como si se tuviera la naturaleza de los dos lados del paréntesis. En ese arte de fundir la tesis con la antítesis la mujer es maestra. No en balde Circe, la diosa maga de los griegos, la que simboliza la seducción. Circe es  hija del  sol  y nieta del océano, reúne los elementos contrarios del fuego y del agua. La madre y el padre, la afirmación y la negación. Sólo es dueño de los privilegios de la seducción quien sabe manejar la fuerza y la fragilidad, la seguridad experimentada y la vulnerabilidad del ingenuo. El seductor es un peregrino paciente de la dicotomía de la vida: luz y oscuridad, lejanía y distancia, vida y muerte. Conocerlos es el  principio, combinarlos y darle su ritmo es un  aprendizaje de toda la vida.[24]

¿Cuáles son los comportamientos físicos más comunes durante la seducción?

Dentro de la seducción es de gran importancia el comportamiento no verbal, el cual se caracteriza por ser todo mensaje emitido por el cuerpo consciente o inconscientemente. Es por esto, que es importante conocer todos los posibles significados emitidos  para así poder controlarlos y mandar los mensajes  directamente y sin confusiones. “El halcón destroza el cuerpo de su presa porque descarga el golpe en el momento preciso […] ‘Sé como un halcón cuando te lances sobre tu enemigo’ ”[25]. Así, mandando señales correctas y precisas se llegará a al objetivo de una manera más rápida y efectiva.
Los comportamientos  físicos más comunes  o que más influencia tienen dentro de la seducción son  los que quedan más expuestos, tales como los movimientos del cuerpo,  de los ojos o las miradas, de las manos o el tacto,  de la postura y del rostro. Todos estos movimientos son importantes dado que expresan emociones y sentimientos reales, los cuales  muchas  veces son difíciles de  controlar  y  de fingir, es por esto que son tan importantes, ya que así se puede conocer lo que siente y  piensa  la otra persona. Y es que “el problema de fingir radica en que, a menos que se sea un actor de primera,  siempre aparece algo que resulta calculado, disociado o directamente torpe, porque es casi seguro que en el  mensaje corporal existirá una indicación de que algo, en alguna parte, no es real”.[26]  Esto es  importante para el seductor, por lo que conociendo esto puede descifrar de la mejor forma posible las señales que muchas personas pasan por alto.

¿Cómo influye la conducta corporal?

Es bien sabido que  no sólo la expresión sucede con la emisión de las palabras, dado que el lenguaje no verbal también emite un mensaje, el cual va desde un sentimiento hasta  un pensamiento, pasando por actitudes que siempre dicen algo de nosotros. Como se ha mencionado a lo largo de esta tesina, mucha gente no es consciente de lo que su cuerpo expresa, lo cual es malo, ya muchas veces emite señales erróneas y que seguramente no quería transmitir. Como por ejemplo, a quien  no le sucedió que cuando una chica le gustaba en la secundaria, se le trataba mal y se le molestaba tan sólo para atraer su atención, pero lo único que hacía era crear un odio o desagrado de la chica hacia él.  O cuando se le decía a una mujer  que se le amaba, pero no se era capaz de mirarla a los ojos y sostenerle la mirada.
Estos ejemplos sirven para darse cuenta que el mensaje verbal siempre debe de ser congruente con el mensaje corporal, ya que con este se pueden “aclarar nuestras palabras, las puede complementar y, a veces, nuestro cuerpo dice algo muy diferente de lo que manifestamos en forma verbal. En ocasiones, el cuerpo nos habla a nosotros mismos”.[27]
Es ahí donde radica la importancia  de tener la capacidad de captar los mensajes emitidos por el cuerpo y lo que se dice verbalmente, para así  complementar la información, corroborarla e interpretarla correctamente, ya que  todo mensaje  debe coincidir  y estar de acuerdo con  la situación en la que se encuentra.

Mientras dedicamos la mayor parte de nuestra atención a las palabras pronunciadas, a escuchar, a pensar, a dar respuesta, la otra parte se ocupa de la forma en que habla nuestro interlocutor, cómo son sus expresiones faciales y sus gestos. Hay otros muchos pequeños movimientos involuntarios – como el jugar con el bolígrafo, el retorcer un mechón de nuestro cabello – que expresan lo que sucede en nosotros.[28]

El estar atento a las señales, el ser observador, paciente, dedicado  son cualidades que debe adquirir cualquier  seductor, ya que de los mensajes o de la información que se recolecte, se desarrollará el proceso de la seducción, y esto determinará el reto y dificultad de ésta.
Algo interesante a estudiar es que cuando se ve a alguien que llama la atención, las respuestas genéricas (movimientos que son más instintivos que aprendidos) afectan el lenguaje corporal. Las facciones del rostro  se dulcifican y aparece la sonrisa, lo cual proporciona un aspecto más atractivo ante las demás personas.[29]  Además se siente “algo como ‘un peso en el estómago’ o ‘los cosquilleos en la barriga’ nos señalan la presencia de una persona estimulante, ‘el piso se nos mueve bajo los pies’, las ‘rodillas se nos doblan’ o nos ‘derretimos’ de placer.”[30]
Es así como se comienza el proceso del galanteo y el cuerpo comienza a cambiar sustancialmente, como el hombre  que llega a hinchar el pecho para parecer que posee mayor fuerza, mientras que la mujer suele empujar el pecho hacia delante  para cobrar un aspecto más sexual, y así resultar más apetecible para el hombre. Y todo esto  es resultado de los diferentes estímulos  que le permiten al cuerpo estar disponible ante un cortejo próximo, lo hace que la persona use tal disponibilidad para convertirse en un individuo más atractivo y deseable.

Una mujer, por ejemplo, se hace  súbitamente hermosa cuando una respuesta emocional, como la atracción sexual, desencadena cambios sutiles en su organismo […] los especialistas en cinesis definen este delicioso  fenómeno como la entrada en un estado de <<fuerte predisposición al galanteo>>. 

Pero no solamente se crea una fuerte disposición corporal al cortejo,  no solamente la mujer se hace bella y el hombre más atractivo, sino que suceden una gran cantidad de cambios  en el organismo de los integrantes en este juego.

Los músculos se comprimen respondiendo a un toque de atención, de manera que todo el cuerpo se pone alerta. En el rostro, líneas que antes eran flácidas dejan de serlo, e incluso las ojeras tienden a desaparecer. La mirada brilla, la piel se colorea o se torna más pálida y el labio inferior se hace más pronunciado […] su postura suele enderezarse, disminuye milagrosamente el vientre prominente y los músculos de las piernas se ponen tensos […] También puede alterarse el olor del cuerpo, y algunas mujeres afirman que se modifica la textura de su cabello. Lo extraordinario es que una persona puede reaccionar de todas estas maneras y no tener conciencia de ello.[31]

Estos son algunos de los cambios que suceden en las personas que están viviendo la experiencia del  galanteo, los cuales resultan ser claramente visibles para la gente que los rodea, sin embargo hay veces que ellos no  se dan cuenta por lo que están pasando, y suceden inconscientemente.
Pero además de los cambios  individuales, existen señales que  se realizan en pareja  y en conjunto, ya que cuando se está al borde del galanteo, los dos suelen ocuparse de su arreglo personal: las mujeres juegan constante y repetidamente con su cabello o se arreglan la ropa, tratando de verse bien en todo momento; mientras que el hombre se pasa la mano  por el cabello,  se arregla  la corbata, el cuello de la camisa y el  pantalón, hasta sentirse confiado de que está en buen momento para cortejar a la dama.[32]
A este lenguaje corporal masculino, la mujer contesta  disimuladamente con un tacto de  sustitución, ya que puede pasar suavemente el dedo por el borde  de la copa en el restaurante o bar donde se encuentren, o dibujar figurillas imaginarias sobre el mantel. Algunas otras veces adopta actitudes extremadamente provocativas, con las cuales espera que el hombre entre en la cacería, como cruzar la pierna, dejando entrever parte del muslo, apoya la mano en la cadera y saca el busto hacia delante,  en veces puede llegar a agacharse mostrando así sus atributos, o puede  acariciarse lenta y distraídamente el muslo o la muñeca. Estos comportamientos resultan ser  claramente invitaciones para que el hombre se acerque y  así poder conocerse mutuamente.
 El problema es cuando las señales no son claras y nada directas, es ahí donde entra el ingenio, inteligencia, actitud y experiencia del seductor, para lograr sacarle a la seducida la invitación cuando no existen señales de galanteo. Ya que cuando existen señales a primera vista, es muy fácil para el seductor y no presenta ningún reto para él, sin embargo, hay que aprovecharlas para ir adquiriendo  mayor experiencia.  Ya que este arte resulta ser como un video juego, en el cual se tiene que ganar  determinados puntos de experiencia para subir de nivel o que se te den otras herramientas que ayudarán en la búsqueda  del fin último.



[1] Edmundo González Llaca, Guía del seductor (con un ejemplo práctico), p. 120.
[2] Ibid, p. 179.
[3] Ibid, p. 128.
[4] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 17.
[5]Edmundo González Llaca, Guía del seductor (con un ejemplo práctico),  p. 139.
[6] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 14.
[7] Sören Kierkegaard, Diario de un seductor, p. 7.
[8] Edmundo González Llaca, Guía del seductor (con un ejemplo práctico), pp. 43, 235,
[9] Ibid, p. 60.
[10] Idem.
[11] Idem.
[12] Ibid. pp. 219, 245.
[13] Ibid, p. 101.
[14] Ibid, p. 43.
[15] Sören Kierkegaard, Diario de un seductor, p. 57.
[16] Ibid, p. 34.
[17] Flora Davis, La Comunicación no verbal, p. 39.
[18] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 21.
[19] Idem..
[20] Sun Tzu,  El Arte de la Guerra, p. 45.
[21] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 27.
[22] Sun Tzu, El Arte de la Guerra, p. 74.
[23] Ibid, p. 47.
[24] Edmundo González Llaca, Guía del seductor (con un ejemplo práctico), p. 38.
[25] Sun Tzu, El Arte de la Guerra, p. 37.
[26] Flora Davis, La Comunicación no verbal, p. 34.
[27] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 109.
[28] Ibid. p. 110.
[29] Judi  James, Señales Sexuales, p. 54
[30] Regina Hamburguer, El ABC de la seducción, p. 109.
[31] Flora Davis, La Comunicación no verbal, p. 31.
[32] Idem.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios:

Publicar un comentario